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Como cada semana empiezo poniendo a continuación el resumen de 1 artículo que ya había sido publicado en Pastando en Mulgore.
Ahora que está a punto de llegar la siguiente expansión ocurrirá como siempre. Volverá mucha gente que llevaba tiempo sin jugar, aparecerán de la nada jugadores nuevos, y se crearán muchas hermandades con más buenas intenciones que planificación.
La mayor parte de los que se embarquen en la aventura de ser maestro de hermandad no serán siquiera conscientes de que el simple hecho de ocupar ese cargo, puede (y debería) cambiar por completo su experiencia de juego, y por ese motivo muchos terminarán tirando la toalla y abandonando esa hermandad a un lado del camino.
No os dejéis engañar por palabras bonitas, porque lo cierto es que el trabajo de maestro de hermandad es duro. Es algo muy sacrificado que requiere que estés ahí todos los días, dándolo todo y haciendo muchos esfuerzos que los demás no agradecerán nunca. ¿Para qué hacer todos esos sacrificios entonces?, pues para ver como tu hermandad crece sana y fuerte.
La mayoría de los jugadores no son conscientes de que las hermandades son como niños pequeños que necesitan cuidados, atención y vigilancia constantes. Pero ante todo necesitan que quien dirige la hermandad tenga las ideas claras.
Por todo eso, por cosas que a mi me parece que deberían de ser lógicas, no puedo evitar llevarme las manos a la cabeza cada vez que veo en los foros oficiales algún mensaje de gente que dice que les robaron su hermandad. Porque a pesar de todas esas quejas que ellos puedan poner, ya sean justificadas o no, casi siempre llego a la misma conclusión. No supieron hacer bien su trabajo.
El trabajo de líder de hermandad no consiste sólo en reclutar gente y organizar una raid, ni siquiera consiste en organizar bien los rangos y asignar correctamente los permisos del banco. No, el trabajo del maestro de la hermandad es todo eso y mucho más. Pero por desgracia muchos parecen olvidarse de lo que tienen que hacer, o puede que no lo llegasen a aprender nunca, porque al final terminan metiendo la pata en el punto más importante de todos. El de la responsabilidad.
No sé si habrán cifras al respecto, desde luego si las hay yo no las tengo. Pero estoy seguro de que si las hubiese reflejarían que la mayor parte de las hermandades que se quedan sin líder durante un tiempo, terminan muertas. El resultado es casi siempre el mismo, una hermandad que no tiene quien la dirija y donde sus miembros terminan por sentir que los han abandonado.
El maestro de la hermandad es el único y máximo responsable de la misma. No importa lo que digan algunos con tonterías del tipo “es que mi hermandad tiene 3 líderes”, porque eso es mentira. Las hermandades tienen un sólo líder y es así porque Blizzard lo quiere.
Si siendo MH dejan el juego durante un tiempo, pero no ponen a nadie a cargo de la hermandad para que la atienda en su ausencia, la hermandad se verá afectada y terminará seguramente por hundirse igual que muchas otras. Puede que el jugador que ocupa el puesto necesite un descanso, pero mientras tanto habrá dejado su hermandad sin atender, y los compañeros que queden dentro no tienen por que pagar las consecuencias.
Al final ocurre lo que tiene que ocurrir. Que pasa el tiempo y alguien descubre que puede optar a reclamar el cargo de maestro porque el anterior líder lleva mucho tiempo sin aparecer. De las decisiones que tome el nuevo líder, ya sean buenas o malas, dependerá el futuro de esa hermandad.
Sea como sea, si el que antes ocupaba el cargo decide volver y pone el grito en el cielo porque le “han robado” la hermandad… Debería de recapacitar, y pensar seriamente si no será que en realidad no supo hacer el trabajo que le correspondía.
Os recuerdo que esto no es más que un resumen de lo que ya fue publicado en PEM, si queréis leerlo íntegro junto con los comentarios de los lectores podéis hacerlo aquí.
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